-Su…suelta..ta..me y..yo pu..pu…puedo sola – apenas logro articular mientras se zafaba del agarre del pelinegro
Sus piernas flaquearon apenas salió del soporte, que el chico representaba y trastabillo hasta llegar a un poste cercano, se carcajeo de la estupidez que había cometió y el chico entorno los ojos al verla hacer tremendo espectáculo….
Hipo y sonrió tontamente mientras caminaba al tiempo que sus piernas se tambaleaban, apenas se podía mantener en pie, y el alcohol lo único que ocasionaba era que la chica sonriera estúpidamente e hipara cada vez más fuerte.
-¡Ven acá!, no podrás llegar sola hasta el auto sin antes romperte la cara – le atrajo nuevamente hacia él, tomándole por la cintura… la chica sonrió estúpidamente de nuevo causando que el pelinegro entornara los ojos ante su estado.
¿Cómo demonios había terminado de niñero de Yashira?, el ya tenía suficientes problemas como para echarse sobre los hombros uno más, No entendía como era que le importaba mas el bienestar de la chica entre sus brazos que lo que acababa de ver instantes antes dentro del pub.
Su mejor amigo le había traicionado y quitado a la chica de sus sueños y el no había sentido absolutamente nada de dolor, si no que todo lo contrario, se había ido a meter en un problema que no era de él y se preocupaba mucho más porque que la pelinegra estuviese bien que por lo que estuviese pasando con su, ahora traidor amigo y la supuesta dueña de sus sueños.
Se encontraba totalmente desconcertado….
No sabía cómo actuar, apenas podía mantener su cabeza despejada y su acompañante no le ayudaba en nada a que esta permaneciera así, si no que por el contrario le traía más responsabilidades y problemas.
Un escalofrío le saco de sus pensamientos, la piel blanca y sedosa bajo la piel de sus manos le causaba tantas sensaciones, que le desconcertaban aun mas, observo a la chica que se encontraba ebria, prácticamente desplomada entre sus brazos, su piel parecía ocasionarle choques eléctricos que hacía estragos en su estomago provocándole una molestia sensación de cosquillas en este.
¿Qué se supone que era todo eso?, ¿Por qué demonios precisamente en ese momento, que no sabía ni siquiera lo que pasaba por su cabeza, llegaba ella a causarle todas esas sensaciones? ¿Por qué ella?, ¿Por qué Yashira Curiel?...
Yashira, de nuevo sonrió ebria y recargo su cabeza en el hombro del pelinegro, el aroma de su colonia choco rápidamente contra el pelinegro y sus cosquillas volvieron a aparecer, debía distraerse, esas estúpidas reacciones estaban solo en su cabeza, debía suprimirlas, Eang suspiro cansadamente y termino de llevar a la pelinegra hasta su auto, se encargaría de que se le bajara la borrachera y después la llevaría sana y salva hasta su hogar.
La ojigris salió una vez mas de sus brazos inesperadamente y camino tambaleante hasta el coche del joven, los grandes tacos que le acompañaban no le ayudaban mucho a que sus pies no se enredaran y terminara sobre el suelo.
Eang abrió la puerta del coche y ayudo a la chica a que entrara en el, introdujo medio cuerpo en el auto para asegurar, con el cinturón, a la chica…
Se detuvo al percatarse de la cercanía que había entre su rostro y el de la chica, que ese día se encontraba más hermosa que de lo común, con ese rostro angelical que hipnotizaba a cualquiera, enmarcado por ese cabello negro azabache y esa sonrisa, que aunque se la debía al estado de ebriedad en el que se encontraba la muchacha, no era menos encantadora.
El aliento que choco de golpe contra su rostro, que aunque llevaba un toque de olor a alcohol, era embriagante, le incitaba a disminuir aun más la distancia entre ellos.
Los labios de la pelinegra se entreabrieron y los instintos que el chico reprimía fueron casi incontrolables, contuvo el aliento y corto aun más la distancia….
-¿Qu-que ha-haces? – pregunto apretando los ojos
-Shhhh – coloco su dedo sobre los labios de la pelinegra y esta rio a carcajada limpia ante la acción del chico
-Shhh- le imito la pelinegra con gracia al tiempo que el dedo del chico dejo de estar sobre de sus labios.
Centímetros, no, mucho peor milímetros, solo milímetros separaban sus labios de los de la joven, y la distancia le molestaba tanto, quería poseerlos, saborearlos, simplemente quería besarlos, que su lengua irrumpiera en su boca y por fin probar el sabor de esos finos y antojables labios.
Ella estaba ahí, incitándole, aun sin saberlo, a que lo hiciera…. A que poseyera de una vez sus labios, Eang suspiro, no podía hacerlo ella estaba borracha y ni siquiera sabia lo que pasaba a su alrededor, no podía aprovecharse de la situación, no podía pero… como quería hacerlo….
Llevo sus labios tan cerca de su objetivo que estos se rozaron, apenas se tocaron pero los toques eléctricos se intensificaron en un cien porciento… Gruño por lo bajo al sentir los estragos en su estomago, esa sensación ¿Por qué con ella?
mas?.............aQui
Yoms♥
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